Tener tres anuncios de Ninja Gaiden en tan pocos meses debe ser lo más parecido a vivir en la línea de tiempo correcta. Para los que amamos esta franquicia, no hay duda de que es momento de celebrar. Me duele, por eso, enfrentar este artículo con un poco de negatividad, pero ayer tras el anuncio y lanzamiento sorpresa de Ninja Gaiden 2 Black salté a por él con la velocidad de la golondrina voladora.
Te resumo la polémica que Ninja Gaiden ha arrastrado toda la vida. Los juegos originales han tenido siempre unas remasterizaciones cuestionables por parte de la Team Ninja de la era post-Itagaki (el creador original), que han ido un poco en contra del espíritu implacable de la saga. En Ninja Gaiden 1 veníamos de una versión Black que significó retocar los patrones y hacerlo todo aún más desafiante, pero Sigma facilitó demasiado las cosas y echó por tierra este diseño, a costa de apelar a la accesibilidad de más tipos de jugadores. ¿Y Ninja Gaiden II? Aún más controvertido, reduciendo muchísimo los niveles de violencia característicos de esta entrega, añadiendo secuencias y jefes que se sentían innecesarios y con un diseño algo pobre… Y la decisión más polémica de todas: reducir el número total de enemigos, optando por doblar la salud de los que sí aparecían.
Se dice que la razón de todo esto fue que Team Ninja no lograba hacer mover a tanto número de enemigos en pantalla. No niego que este pueda ser un motivo, pero no creo que fuera el único. Y este remake de Ninja Gaiden 2 Black lo demuestra. Bajo la dirección de Yosuke Hayashi, el juego sigue ofreciendo un número menor de enemigos que es a cada capítulo más evidente.
¿Qué es, entonces, este remake? Realmente no es ni Sigma ni el original. Es una mezcla que el equipo ve como la edición definitiva. Ciertamente, hay cosas que son bienvenidas. Vuelve el espíritu sangriento del juego original, la forma de evolucionar las armas y, aunque sigue añadiendo las escenas y personajes controlables de Sigma, se quita de en medio esos jefes como la estatua de Buda que no aportaban gran cosa. Pero, como digo, el controvertido número de enemigos, pese a que en algunas áreas se ha retocado, sigue siendo la noche y el día comparado con el original.