AI LIMIT es un RPG de acción con tintes Souls-like que nos sitúa en un mundo postapocalíptico devastado por una sustancia corruptora conocida como “la Mugre”. En medio del caos, asumimos el papel de Arrisa, una Lameur con forma humana e inmortal, cuya misión es explorar las ruinas de Havenswell —la última ciudad de la humanidad— y restaurar las ramas, una suerte de nodos vitales que aún sostienen un débil hilo de esperanza para la civilización. Desde los primeros minutos, AI LIMIT nos lanza a una travesía cargada de peligros, enfrentándonos a monstruos deformados y jefes intimidantes que han emergido gracias a la expansión de la Mugre. El diseño general del juego sigue los lineamientos clásicos del género: mapas interconectados, combates exigentes, progresión por medio de puntos de descanso, y ese ritmo pausado pero intenso que exige precisión y estrategia en cada paso.
Uno de los sistemas más llamativos es el medidor de sincronización. Este indicador mide cuánta energía de la Mugre tiene disponible Arrisa, y está dividido en tres niveles. Cuanto más alto esté, más poderosos serán nuestros ataques. Pero si cae a cero, quedamos debilitados y vulnerables. Usar habilidades especiales o hechizos consume este medidor, por lo que habrá que balancear bien cada movimiento, esquiva y ofensiva. Durante el extenso prólogo en los túneles subterráneos, aprenderemos las bases del combate. Aquí desbloqueamos nuestras primeras armas, hechizos y habilidades de “marco”, como el campo de contraataque, que permite aturdir enemigos si se activa con el timing correcto, o el escudo de sobrecarga, que además de protegernos, acumula energía para lanzar una explosión que restaura la sincronización. También encontraremos los “núcleos”, objetos que otorgan bonificaciones pasivas como mayor obtención de cristales o mejor estabilidad energética.
La progresión de personaje sigue la lógica Souls: recolectamos cristales al vencer enemigos y los usamos para subir estadísticas, mejorar armas o desbloquear habilidades nuevas en las ramas. Descansar en estas ramas, además de curarnos, resucita a los enemigos comunes del área. También podremos usarlas como puntos de viaje rápido, o mejorarlas con recursos raros como los Soles Purificados, que incrementan nuestras cargas de Rosas de Vida —el equivalente a los frascos de curación. El mundo de AI LIMIT es mayormente lineal, llevándonos de los oscuros drenajes a ciudades en ruinas bañadas por el crepúsculo, con algunos desvíos opcionales donde aguardan poderosos Lameurs corrompidos, jefes ocultos o misiones secundarias que desbloquean recuerdos del pasado y equipamiento exclusivo. En total, encontraremos una buena variedad de armas, desde espadas largas hasta alabardas o dobles hojas, que podremos alternar según nuestro estilo de juego.
Los objetos y equipamiento se obtienen al explorar, al derrotar enemigos, o bien comprándolos en tiendas dentro de los calabozos. Algunas de estas tiendas ofrecen llaves especiales que desbloquean rutas secretas, cofres raros y batallas opcionales. Será clave administrar bien los cristales, ya que muchos objetos poderosos dependen del nivel de nuestras estadísticas. A nivel visual y artístico, el juego es todo un deleite. Sense Games ha construido un universo sombrío que mezcla ruinas tecnológicas con un estilo anime realista, muy en la línea de Code Vein. Los enemigos y personajes están cargados de detalles, y los jefes —además de ser intensos en combate— son espectaculares en diseño. La banda sonora tiene un aire electrónico y futurista que encaja perfecto con el tono del juego, y tanto el doblaje en chino como en japonés mantienen un alto nivel de calidad.