Akimbot es un juego de plataformas y acción en el que deberás enfrentarte a robots, pilotear naves espaciales y forjar tu propio camino para salvar al universo de una destrucción inminente. ¡Sumérgete en un mundo en el que solo existen robots y viaja por una galaxia llena de caos y acción explosiva! Akimbo me atrajo de inmediato cuando fue anunciado, con la promesa de recuperar la vibra y el espíritu de los juegos de acción/plataformas de las consolas de 128 bits. También me sentía muy confiado después del éxito de Pumpkin Jack, creado por uno de los fundadores de Evil Raptor. La demo me había conquistado y reforzado mi expectativa, así que compré el juego el primer día (también para apoyar a un joven estudio prometedor y ya talentoso) y no me arrepiento en absoluto.
Como esperaba, viví una gran aventura. El juego es muy bueno técnicamente, la puesta en escena es eficaz, integral y cuidado. La dirección artística es acertada y colorida, rinde homenaje al género al que apunta, pero también tiene su toque personal con un universo propio. Sí, las inspiraciones están ahí, pero nunca cruzan la línea para mí. Todo esto da como resultado una obra fluida, realmente envolvente y bien ejecutada. El juego incluso ofrece secuencias de juego muy variadas que enriquecen el viaje. Es simple, desde que lo compré hasta que lo terminé, prácticamente solo jugué Akimbot porque estaba muy inmerso.
En cuanto a la jugabilidad, el juego se basa en mecánicas sólidas. La parte de plataformas pura es muy divertida, con Exe manejándose con facilidad y siendo muy reactivo. En cuanto a las armas, tienen una buena sensación al disparar, lo que hace que esas fases sean muy agradables también. No me habría importado tener algunas armas más extravagantes en su funcionamiento, pero, aunque las presentes son bastante clásicas en su esencia, son realmente satisfactorias de usar (una curiosidad es que el fusil de francotirador no tiene el zoom que uno esperaría). Algo que refuerza esto es el hecho de que las utilicé todas con gusto.
De hecho, mi principal y leve queja se sitúa en el equilibrio del dúo Exe y Shipset. Su relación está bien lograda en cuanto a la forma, su sinergia no es nada revolucionaria, pero está bien hecha y funciona perfectamente. Sin embargo, encuentro que está menos equilibrada en el fondo. Exe es establecido desde el principio como un mercenario competente; hace casi todo en el dúo: combate, pilota los diferentes vehículos y piratea los terminales. Shipset tiene sus propias secuencias que son agradables, pero me hubiera gustado que participara más en el núcleo del juego. Por ejemplo, que la parte de hackeo fuera su responsabilidad, colocando terminales especiales fuera del alcance de Exe para que Shipset los desbloquee, o cosas por el estilo. Pero como mencioné antes, esto es solo una pequeña queja que no pesa mucho en comparación con las numerosas cualidades de un juego que recomiendo calurosamente.