La juego nos lleva a explorar las Islas Horace, un mundo donde se entrelazan elementos de un cuento oscuro y un avance tecnológico. Controlamos a Tanya, una biónica enviada por su creador en una misión de investigación para encontrar a unos científicos desaparecidos. Awaken: Astral Blade puede compararse con títulos como Nier: Automata y Stellar Blade, ya que la protagonista, Tanya, también es atractiva y se mueve con gracia. A veces recuerda a 2B, y no creo que este parecido sea accidental. A lo largo de nuestra aventura, encontraremos a otras chicas encantadoras, algunas de las cuales no son humanas.

El mundo del juego es único. Selvas confusas y a menudo demasiado “ácidas” se combinan con antiguas construcciones llenas de enormes engranajes, donde de repente podemos toparnos con algo parecido a CyberTrack. También vemos monstruos mecanizados, algunos de los cuales tienen forma humana. Es una mezcla de ciberpunk y fantasía con un toque apocalíptico. Una de las características destacadas del juego es su narrativa no lineal con múltiples finales. Desde el inicio, Awaken: Astral Blade no lleva de la mano al jugador, sino que invita a explorar un vasto mundo bidimensional. Las decisiones y rutas tomadas llevan a uno de varios finales, algo poco común en el género. Sin embargo, esto también puede ser visto como un defecto, ya que a veces resulta confuso saber qué hacer o hacia dónde ir.

A pesar de tener una protagonista carismática, una narrativa no lineal y un mundo fascinante, estos elementos no lograron conectar. En la primera hora, se nos presentan muchos términos extraños y la historia se siente confusa: buscamos llaves de palacios y presenciamos diálogos poco claros, lo que impide sumergirse en el mundo. Aun así, el entorno es visualmente impresionante; los paisajes, los fondos y las ubicaciones son bellos, aunque la estética puede parecer algo desactualizada. En cuanto a la jugabilidad, es una clásica metroidvania con un enfoque en el combate y la exploración. Al principio, los combates pueden parecer simples: golpes y esquivas. Pero después de la primera hora, obtendremos nuevas armas y aprenderemos ataques combinados.

También nos enfrentaremos a enemigos en trampas que acumulan nuestros golpes, otorgándonos un rango, lo que recuerda a juegos de la serie Devil May Cry. El arsenal es variado y las batallas, gracias a los combos rápidos y habilidades activas, son emocionantes. Los enemigos son interesantes; hay grandes y lentos, así como pequeños y veloces, cada uno requiere un enfoque diferente. Sin embargo, las animaciones de los ataques de los enemigos a la protagonista pueden parecer anticuadas. Nuestro biónico necesita ser mejorado, y hay dos ramas de habilidades que se desbloquean al encontrar éter. Una se centra en movimientos de combate y la otra en habilidades pasivas como aumentar la salud. Algunos de estos poderes son difíciles de entender debido a la singularidad del mundo del juego.

La progresión también se realiza mediante artefactos dispersos por el mundo abierto. La parte de exploración es entretenida, ya que los desarrolladores han escondido numerosos secretos y áreas ocultas, que pueden ser descubiertos de manera fortuita. Los jugadores que disfrutan de explorar cada rincón estarán encantados. Sin embargo, el mapa es algo escasa; es fácil identificar áreas no exploradas, pero se ve bastante anticuada. La protagonista, siguiendo las convenciones del género, no puede realizar un doble salto ni otros movimientos acrobáticos, lo que complica la exploración. No obstante, siempre es posible regresar a lugares previamente visitados para seguir investigándolos.
A pesar de sus claras virtudes, Awaken: Astral Blade no logró engancharme debido a su ambientación; simplemente no me atrajo. La sobreabundancia de términos específicos y la falta de un camino claro para la protagonista se sintieron más como un obstáculo. Sin embargo, entiendo que esto es cuestión de gustos; a otros seguramente les encantará la protagonista, el mundo peculiar que mezcla géneros literarios, la dinámica del combate y las oportunidades de exploración.