Review – Blue Prince

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Con una premisa intrigante y llena de misterio, Blue Prince pone al jugador en la piel de un protagonista que, tras recibir la noticia de la muerte de su tío, hereda una mansión repleta de secretos, pero con una condición: encontrar el enigmático cuarto 46, que aparentemente no existe. La casa, que cambia constantemente, se convierte en un verdadero laberinto donde la suerte, la observación y el razonamiento lógico juegan un papel fundamental para avanzar en la aventura.

Al llegar a la mansión, el jugador encuentra una carta dejada por su tío, junto con algunas instrucciones: para heredar la mansión, debe encontrar el cuarto 46. Pero hay un problema: el mapa de la casa no muestra nada relacionado con este cuarto. Solo se pueden ver el hall de entrada y una antecámara, lo que sugiere que el camino hacia el objetivo está más cerca de un rompecabezas que de una simple exploración. A medida que se abren puertas, el jugador recibe modelos aleatorios de habitaciones que debe construir en tiempo real. Esta aleatoriedad, característica de los roguelikes, exige que el jugador desarrolle estrategias y se adapte a los cambios constantes del entorno.

Además, ciertos cuartos solo se pueden abrir con elementos especiales, como llaves y joyas, que pueden conseguirse o encontrarse en diferentes puntos de la mansión. Así, el juego combina planificación y suerte, lo que significa que la solución a los problemas no siempre será tan evidente. Blue Prince destaca por los rompecabezas desafiantes que, aunque comienzan de forma sencilla, se vuelven progresivamente más complejos a medida que avanza el juego. Algunas habitaciones requieren habilidades lógicas y matemáticas, cuyas dificultades aumentan gradualmente. Esto asegura que, aunque el jugador repita varias veces las mismas soluciones, la dificultad nunca se vuelve insoportable, sino estimulante. Además, la mayoría de los desafíos requieren más observación que suerte. Los elementos del entorno suelen ofrecer pistas para resolver acertijos, lo que motiva al jugador a pensar de manera analítica y a estar atento a cada detalle de la mansión.

A medida que se avanza, el juego va revelando una trama misteriosa sobre el antiguo propietario de la mansión, su familia y una compleja intriga política relacionada con la región. Las cartas, documentos y objetos encontrados a lo largo de la exploración añaden profundidad a la historia, convirtiendo la búsqueda del cuarto 46 en un objetivo mucho más significativo que un simple desafío. La curiosidad por desentrañar los misterios de la mansión crece conforme se descubren más detalles, motivando al jugador a seguir investigando. Sin embargo, hay momentos en los que la frustración aparece, especialmente debido al factor aleatorio en la obtención de los elementos necesarios para avanzar. En algunas ocasiones, el jugador sabe exactamente cómo resolver un rompecabezas, pero depende de la suerte para conseguir el elemento requerido, lo que puede llevar a una serie de intentos fallidos.

Esta aleatoriedad puede ralentizar el progreso de manera no deseada, sobre todo cuando se depende de combinaciones raras de habitaciones y objetos. Otro aspecto frustrante es la sensación de que la lógica del juego podría tener más peso en la resolución de los acertijos. El constante reinicio de las habitaciones y la pérdida de elementos al comenzar un nuevo día contribuyen a que el jugador dependa más de la suerte que de su propio razonamiento lógico. A pesar de esto, la estructura roguelike del juego ofrece una mecánica desafiante, pero que requiere un mayor equilibrio para evitar que la frustración empañe la experiencia. A pesar de estas fallas, los aspectos positivos de Blue Prince superan ampliamente sus debilidades.

La trama envolvente, los acertijos sofisticados y la necesidad de observación constante hacen que el juego sea muy gratificante. La sensación de recompensa al resolver un enigma es notable, y la narrativa misteriosa mantiene al jugador inmerso, no solo en encontrar el cuarto 46, sino en desvelar los secretos detrás de la mansión.El diseño visual también merece un reconocimiento. Con un arte en cel shading, el juego presenta una mansión fascinante y única, con habitaciones y estructuras que atraen la atención de los jugadores, y hasta de profesionales como arquitectos, que se sienten impresionados por la creatividad de la propuesta.

CONCLUSIÓN

Blue Prince es un juego que, a pesar de sus imperfecciones, destaca por la profundidad de su jugabilidad y la manera en que desafía al jugador a pensar. La combinación de rompecabezas lógicos con una narrativa intrigante convierte al juego en una experiencia única y desafiante, donde cada paso en la mansión es una nueva oportunidad de descubrimiento, ya sea en un cuarto secreto o en una pista crucial para desentrañar el misterio central.

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Blue Prince es un juego que, a pesar de sus imperfecciones, destaca por la profundidad de su jugabilidad y la manera en que desafía al jugador a pensar. La combinación de rompecabezas lógicos con una narrativa intrigante convierte al juego en una experiencia única y desafiante, donde cada paso en la mansión es una nueva oportunidad de descubrimiento, ya sea en un cuarto secreto o en una pista crucial para desentrañar el misterio central.Review - Blue Prince