Cattle Country combina la calidez y tranquilidad de un simulador de granja con un toque justo de sabor del viejo oeste que le da ese punto extra de emoción. En este mundo abierto, puedes cultivar tus cosechas, cuidar animales, entablar amistad o romance con hasta 18 personajes diferentes, e incluso defenderte de bandidos que aparecerán para poner a prueba tus reflejos. Una de las sorpresas más agradables es la mecánica de minería, que se desarrolla en un formato lateral con elementos de plataformas, algo poco común en este tipo de juegos. Aunque el combate es ligero y entretenido, hubiera sido genial encontrar más variedad de enemigos y botines, ya que la experiencia se siente un poco limitada en este aspecto. Eso sí, la adrenalina se dispara cuando un grupo de bandidos te embosca y debes actuar rápido en un minijuego que, aunque a veces resulta acelerado, es satisfactorio superar.

La ciudad está llena de personalidad y los festivales aportan un encanto especial. La progresión se siente equilibrada: no hay desgaste de herramientas, pero la resistencia del personaje puede agotarse rápido y el paso del tiempo me pareció algo acelerado. A pesar de algunos bugs menores, que son esperables en el lanzamiento, la diversión no se ve afectada. El mapa es amplio y la variedad en la recolección de recursos es notable: desde hongos, árboles y flores hasta una fauna diversa que explorar. Sin embargo, localizar a ciertos personajes puede ser complicado, sobre todo cuando sus horarios no están del todo claros, lo que en ocasiones frena un poco el avance en la historia o el desarrollo de relaciones. Sería ideal que futuras actualizaciones incluyan funciones que indiquen dónde se encuentran los NPC o información más clara sobre sus rutinas.

El sistema de regalos es sencillo y práctico: el juego te muestra qué le gusta a cada persona, por lo que no tienes que perder tiempo adivinando. Además, puedes regalar casi cualquier cosa que encuentres, incluso frutas o cosas recolectadas, sin necesidad de buscar el obsequio perfecto para mejorar tus amistades y desbloquear más misiones o escenas. La jugabilidad diaria gira en torno a la agricultura, la pesca, la minería, la recolección y la caza, habilidades que se van subiendo de nivel y que permiten mejorar el equipo para gastar menos energía. Este último punto es crucial, ya que la resistencia se consume rápido y planificar bien las actividades es parte del reto.

Un consejo: compra el tirachinas que venden cerca del campamento al atardecer, es un arma simple y económica que te facilitará la caza. En cuanto a calidad de vida, el juego brilla con detalles como la posibilidad de desactivar enemigos para jugar relajado, el inventario inteligente que permite apilar objetos sin límite y la ausencia de durabilidad en las herramientas, lo que elimina frustraciones comunes en otros juegos del género. Aún así, faltan mejoras que faciliten la gestión del inventario, como poder crear objetos directamente desde cofres o bloquear ciertos recursos para que no se usen por accidente.
Si bien no es un título perfecto y sufre de algunos errores, como bugs que afectan la progresión en ciertos puntos y dificultades para avanzar con algunos personajes, su potencial es evidente. La comunidad y los desarrolladores ya están trabajando en parches que han resuelto problemas importantes, como los cierres al subir de nivel en la granja. Cattle Country no solo es un simulador de vida pacífico sino también un espacio para quienes disfrutan personalizando su rancho y explorando un mundo que invita a descubrir sus secretos a tu propio ritmo. La narrativa y los personajes aún podrían profundizar más para generar mayor conexión emocional; ojalá futuras actualizaciones incluyan más escenas, diálogos y detalles que hagan que queramos saber más de cada habitante.