Dispatch es una de las propuestas narrativas más llamativas de los últimos años dentro del género de la aventura gráfica. Desarrollado por AdHoc Studio, un equipo formado por veteranos de la escuela Telltale, y producido en colaboración con Critical Role, el título destaca desde el primer minuto por su capacidad para adoptar la estética y el ritmo de una serie animada de alta calidad. No es simplemente un juego con estilo de dibujo animado; es una experiencia que se presenta como una animación interactiva, con un cuidado artístico sobresaliente.

El apartado visual es uno de los elementos más sólidos de Dispatch. Los trazos nítidos, el estilo sobrio y la paleta de colores perfectamente equilibrada logran construir una identidad gráfica distintiva. A esto se suma una animación fluida que aporta naturalidad a los movimientos y refuerza la sensación de estar frente a un producto audiovisual de gran nivel. Aunque durante las secciones interactivas la puesta en escena se vuelve más estática, el impacto general no se ve afectado y la calidad artística se mantiene firme.

En el apartado sonoro, la producción alcanza un nivel igualmente notable. El reparto de voces incluye nombres reconocidos, como Aaron Paul, y entrega interpretaciones consistentes que elevan la narrativa. La música, siempre bien medida, acompaña cada escena con precisión sin invadir ni imponerse. Sin duda, uno de los mayores aciertos del juego es su guion. Con diálogos ágiles, un humor inteligente y espontáneo, un uso natural de lenguaje adulto y momentos capaces de alternar entre la comedia y la melancolía, Dispatch se posiciona como una experiencia narrativa comparable a una temporada completa de una serie dirigida al público adulto.

En cuanto al gameplay, Dispatch se ubica claramente en el terreno de la aventura gráfica moderna. Las decisiones rápidas con tiempo limitado moldean las rutas narrativas y los posibles finales, mientras que los eventos de acción, basados en reflejos, funcionan como acompañamiento más que como verdadero desafío mecánico. El núcleo jugable se concentra en la gestión del Superhero Dispatch Network, una central privada que atiende emergencias de ciudadanos suscritos al servicio. Desde allí se asignan misiones a los miembros del Z-Team, un grupo de héroes inicialmente modestos que evolucionan con la experiencia obtenida en cada llamada. Aunque funcional y entretenido, este componente ocupa una parte menor del tiempo total, quedando claro que la narrativa es el eje principal del juego.
El formato episódico ha generado opiniones divididas, como suele ocurrir, pero en términos generales ha favorecido el ritmo de la historia y la conversación en torno a ella. Su publicación escalonada consiguió mantener la atención del público y logró resultados comerciales positivos, hasta el punto de que ya existen expectativas firmes sobre una segunda temporada. El modelo de lanzamiento por capítulos encaja con la intención del juego de presentarse como un producto narrativo serializado.