Review – Dying Light: The Beast

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Dying Light: The Beast va más allá de ser un simple DLC de Dying Light 2; su evolución a juego independiente le sienta de maravilla. Kyle Crane, protagonista del primer título, regresa con una fuerza brutal, mientras los pilares que hicieron grande a la saga permanecen intactos: acción rápida en primera persona, hordas de no muertos y parkour desenfrenado. Techland combina estos elementos con nuevas mecánicas y un entorno completamente distinto: el parco natural de Castor Woods, donde cada rincón está conquistado por los infectados, excepto algunos enclaves de supervivientes.

Aquí, el Barón, científico loco y antagonista clásico, somete a Kyle a experimentos extremos para convertirlo en un arma viviente. La narrativa inicial, a través de una cinemática intensa, muestra el sufrimiento de Kyle y cómo, aun debilitado, logra escapar y adentrarse en la naturaleza del parque, enfrentándose a criaturas más monstruosas que él mismo. Estas Chimere no solo esconden secretos sobre los experimentos del Barón, sino que también permiten a Kyle liberar su poder oculto: una fuerza descomunal que recuerda a Hulk, capaz de abrirse paso entre hordas de zombis con brutal eficacia.

El parkour, aunque adaptado al entorno boscoso, sigue siendo el corazón del gameplay. Saltar entre árboles, huir de Sirenas o encontrar refugio en torres de vigilancia añade frescura al estilo clásico, mientras que las casas y estructuras ofrecen secretos, mapas del tesoro y desafíos que enriquecen la exploración. Aunque los espacios abiertos a veces se sienten vacíos, los encuentros con mini-jefes, supervivientes o convoyes de loot mantienen la tensión. La violencia y el horror físico se mantienen en un nivel impresionante: los zombis se desmembran de forma gráfica y satisfactoria, mientras que el combate cuerpo a cuerpo sigue siendo intenso, táctico y gratificante. La versión para PC destaca por su estabilidad y animaciones fluidas, mostrando paisajes y cielos nocturnos espectaculares sin comprometer el rendimiento.

La experiencia cooperativa permite hasta cuatro jugadores, multiplicando la locura y la diversión, aunque con algunos momentos donde la exploración se vuelve más rutinaria. En definitiva, The Beast brilla en exploraciones cortas, momentos de tensión nocturna y combates brutales, ofreciendo un equilibrio sólido entre narrativa, acción y parkour, consolidando a Kyle Crane como un verdadero icono del caos zombi.

CONCLUSIÓN

The Beast brilla en exploraciones cortas, momentos de tensión nocturna y combates brutales, ofreciendo un equilibrio sólido entre narrativa, acción y parkour, consolidando a Kyle Crane como un verdadero icono del caos zombi.

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