Eriksholm: The Stolen Dream nos transporta a una ciudad ficticia inspirada en la Escandinavia de principios del siglo XX, con una ambientación que sorprende por su coherencia visual y profundidad social. Desde barrios marginales hasta elegantes avenidas, todo refleja un sistema político opresivo, mientras el jugador sigue la historia de Hanna, una joven huérfana decidida a encontrar a su hermano desaparecido. La narrativa mezcla lo personal con lo político, abordando temas como la lucha de clases, la represión o el sacrificio, sin limitarse a las escenas principales: cartas, conversaciones y detalles ambientales enriquecen el contexto de forma orgánica.

A nivel jugable, el título combina sigilo, puzzles y cooperación entre personajes. Hanna, Alva y Sebastian ofrecen habilidades complementarias que el jugador debe alternar para superar obstáculos, sin recurrir nunca a armas de fuego. Esa decisión refuerza el mensaje pacifista del juego, donde la resistencia se expresa de otras formas. Visualmente, Eriksholm aprovecha de forma admirable el Unreal Engine 5, con animaciones faciales y escenarios que compiten con producciones de mayor presupuesto. La iluminación, los reflejos y el nivel de detalle refuerzan la sensación de estar dentro de un mundo vivo, mientras el rendimiento técnico es fluido incluso en equipos de gama media-alta.

El apartado sonoro es uno de sus mayores logros. La música acompaña de forma discreta, pero es el diseño de sonido lo que realmente destaca: desde los pasos hasta el eco de las voces, cada elemento contribuye a una atmósfera envolvente. El doblaje en inglés es sólido, aunque se echa en falta una localización a más idiomas o un mayor uso de dialectos escandinavos para reforzar la autenticidad.
En resumen, Eriksholm: The Stolen Dream es mucho más que un juego de sigilo indie. Es una obra madura, con identidad propia, que sabe equilibrar emoción, crítica social y una ambientación técnica de primer nivel. No es una experiencia para quienes buscan acción inmediata, pero sí para quienes valoran las historias pausadas, el detalle y el mensaje detrás de cada mecánica.