Tras cancelar Football Manager 2025 para enfocarse por completo en una renovación profunda de la saga, Sports Interactive prometió que la espera valdría la pena. Dos años después, el estudio vuelve con Football Manager 26, un capítulo que busca redefinir la experiencia y marcar un nuevo inicio para la franquicia.
Desde el primer contacto queda claro que no estamos ante una simple actualización anual. FM26 rompe con el pasado y apuesta por una interfaz completamente rediseñada, más limpia, moderna y pensada para una navegación rápida. La experiencia inicial puede resultar chocante, especialmente para quienes llevan años memorizando menús y atajos. Hay ventanas flotantes, menús desplegables y un sistema modular que recuerda más a una app de tablet que a la clásica estructura de PC. La intención es evidente: simplificar y ordenar, aunque por momentos se siente que el proceso requiere acostumbrarse y reaprender ciertos flujos básicos.
El nuevo enfoque táctico es una de las apuestas más interesantes. Ahora las instrucciones se organizan de acuerdo a si el equipo tiene o no la posesión del balón, además de un esquema híbrido que se adapta al desarrollo del partido. Esto elimina mecánicas consideradas innecesarias –como ciertos comandos emocionales desde la banda– para concentrarse en decisiones más directas e influentes dentro del campo. Sports Interactive no simplifica la profundidad táctica; más bien reestructura la forma en que interactuamos con ella, limpiando capas que en los últimos años se habían vuelto accesorias. La filosofía detrás del juego es clara: reconstruir eliminando ruido. Adiós a mecánicas poco queridas como la obsesión por los últimos días del mercado, la gestión de redes sociales o el peso artificial de los “veteranos influyentes” en el vestuario. En su lugar, FM26 busca ofrecer una experiencia más clara, directa y enfocada en lo que realmente importa: planificar, gestionar y ganar partidos.
No todo es perfecto, y se nota que estamos ante un proyecto ambicioso que aún necesita pulirse. Durante las partidas pueden aparecer bugs que afectan directamente los resultados, desde errores extraños en el marcador hasta comportamientos poco lógicos en el campo. Son detalles que rompen la inmersión y que el estudio tendrá que corregir cuanto antes en futuras actualizaciones. Aun así, Football Manager 26 deja algo en claro: el trabajo de fondo está hecho. La base es sólida, el nuevo enfoque tiene sentido y, aunque el rediseño requiere paciencia y adaptación por parte de los veteranos, también abre la puerta a una nueva generación de jugadores. Sports Interactive decidió pausar, respirar y reconstruir; y ese tipo de decisiones siempre exigen tiempo para asentarse.