MiceGard es un título indie que mezcla acción, aventura y estrategia en un mundo inspirado en la mitología nórdica. En este juego encarnas a Micel, un valiente guerrero vikingo… ¡pero no un vikingo cualquiera, sino un ratón! Liderarás a tu escuadrón de pequeñas fieras en una campaña de poco más de diez misiones donde la supervivencia, el honor y la reconstrucción de tu aldea están en juego. El juego se siente sencillo y accesible, con un sistema de combate basado en tres formaciones principales: modo libre, arquero y defensa. Esta simplicidad es una espada de doble filo: por un lado, la jugabilidad resulta directa y fácil de entender, ideal para quienes buscan una experiencia relajada sin complicaciones; por otro lado, el combate carece de profundidad, mejoras o equipamiento, lo que puede dejar con ganas de más a jugadores que buscan retos tácticos más elaborados.

La duración es corta, ronda entre dos y tres horas para completar la campaña, por lo que no esperes un juego largo ni muy complejo. Esto, junto a un diseño de niveles que a veces se siente repetitivo y a ratos poco inspirado, hace que la experiencia pueda parecer un poco monótona, sobre todo si no disfrutas de combates pausados o exploración sencilla. La narrativa sigue un esquema clásico: un villano (en este caso, un malvado tío rana) secuestra a los hijos de la aldea y destruye el hogar de los ratones, y tú debes luchar para devolverles la paz.

En cuanto a la presentación, MiceGard muestra un esfuerzo notable: los desarrolladores lograron elevar el nivel del arte y la dirección visual en comparación con sus títulos anteriores, aunque todavía hay margen para mejorar detalles que suman a la inmersión, como más variedad de ilustraciones para reflejar emociones en los personajes durante los diálogos, o corregir aspectos técnicos como la falta de soporte para el mouse en ciertos menús. Los diálogos, por su parte, resultan simples y repetitivos, restando profundidad al guion. Pese a sus limitaciones, el juego tiene un encanto particular. Su universo vikingo-mitológico, su pequeña escala y la ternura de los ratones guerreros crean un ambiente acogedor y disfrutable para quienes busquen una experiencia ligera, más que un desafío estratégico intenso.
Por su precio, especialmente si se encuentra en oferta, puede ser una opción atractiva para un rato de entretenimiento casual. Para futuros proyectos, los creadores podrían beneficiarse de pulir el diseño de niveles y de juego, reforzar la narrativa con guiones más sólidos y mejorar la interfaz y detalles técnicos para lograr una sensación más profesional, casi como un producto final en lugar de un prototipo. La base está ahí, y con más trabajo en esas áreas, la segunda entrega podría convertirse en un título mucho más dinámico, profundo y memorable.