Mortal Rite, desarrollado por Round Toast Studios, es un título que mezcla con éxito la esencia de los juegos soulslike con la dinámica de un roguelite. Desde el inicio, el juego presenta un sistema de combate rápido y estratégico, donde no basta con apretar botones sin pensar; aquí la paciencia y la táctica son claves para sobrevivir. El juego pone a disposición cuatro personajes con estilos y habilidades únicas: Shold, el tanque que manipula la roca; Fia, la ágil hechicera del fuego; Dawksin, el veloz pícaro del metal; y el Iniciado, una clase versátil capaz de acceder a habilidades de todas las demás.

Esta diversidad invita a experimentar combinaciones y estilos de juego distintos, lo que añade una buena dosis de rejugabilidad. El combate sigue la fórmula clásica de soulslikes: ataques ligeros y pesados, bloqueo, parry y esquiva, todo ello controlado por la gestión de la resistencia. Pero Mortal Rite añade su propio giro con un sistema de enfoque que se recarga al golpear a los enemigos y que permite usar habilidades poderosas, lo que otorga una mezcla interesante entre el ritmo pausado de un soulslike y la agresividad frenética de un shooter como Doom.

La progresión se desarrolla a través de seis mundos, cada uno desbloqueado tras vencer a un jefe final. Si bien algunos jefes pueden sentirse menos retadores que la exploración misma, el diseño general de niveles es sólido, aunque con espacio para mejoras, especialmente en el balance de enemigos y la dificultad. El hub central, Alden’s Refuge, funciona como base para gestionar talentos, equipo y prepararse para nuevas partidas. Aunque Mortal Rite está en acceso anticipado, se percibe claramente que es un proyecto hecho con pasión y dedicación. El equipo de desarrollo mantiene una comunicación constante con la comunidad, y el juego recibe actualizaciones regulares que mejoran la experiencia.
El sistema de equipamiento no ofrece armas ni armaduras clásicas, sino que se basa en talentos y piezas de equipo que mejoran atributos como fuerza, inteligencia o velocidad, permitiendo personalizar a los personajes sin forzar el farmeo excesivo, ya que los objetos se pueden compartir entre clases. En cuanto a la dificultad, el juego es desafiante, como se espera de un soulslike, pero con un toque roguelite donde morir implica reiniciar el nivel, aunque sin perder progreso ni materiales. Para algunos, esto puede llevar a la tentación de evitar enfrentamientos corriendo directamente hacia el jefe, aunque la curva de aprendizaje y la estrategia invitan a un enfrentamiento más pausado y meditado.