Cuando un ícono como Pac-Man regresa a escena, surge de inmediato la duda: ¿se trata de un verdadero rescate de un clásico o solo de otra operación nostalgia? Con Pac-Man World 2 Re-Pac, la respuesta queda en un terreno intermedio. Por un lado, el remake ofrece un trabajo técnico sólido: gráficos renovados, animaciones más fluidas, controles precisos y un Pac-Man que finalmente se siente más ágil que nunca. Incluso el apartado sonoro sorprende, con un doblaje que le da voz y personalidad al comilón amarillo, algo inédito que aporta frescura a las escenas cinemáticas sin cambiar de raíz la experiencia.

La historia sigue siendo sencilla: los fantasmas roban los Frutos Dorados del árbol sagrado y liberan a Spooky, una entidad maligna que amenaza la paz de Pac-Land. Una excusa clásica para poner al héroe a recorrer seis mundos, cada uno con tres niveles y un jefe final, conectados por un hub central. Es un planteamiento directo, pensado para que cualquiera pueda jugar sin complicaciones: checkpoints frecuentes, muchas vidas y una dificultad bastante baja. Solo los combates contra jefes logran romper un poco esa linealidad, al exigir mayor atención y no ofrecer puntos de guardado intermedios.

El remake suma también algunos extras: modo Fata (que elimina el límite de vidas), trajes alternativos, laberintos desbloqueables e incluso clásicos arcade como Pac-Man y Ms. Pac-Man. Detalles que enriquecen el paquete y apelan al jugador nostálgico, aunque la experiencia principal sigue siendo un pasatiempo corto y ligero. El gran problema está en el diseño de niveles. Más allá del lavado técnico, la estructura se mantiene anclada en 2002: pasillos lineales con saltos básicos, frutas por recolectar y un puñado de enemigos sin demasiada gracia. Faltan bifurcaciones interesantes, secretos ingeniosos o mecánicas que sorprendan.
Comparado con lo que ofrecen hoy sagas como Mario Odyssey, Crash Bandicoot 4 o incluso indies recientes, se percibe un desarrollo demasiado plano, casi automático, que rara vez eleva el desafío o despierta verdadera curiosidad por lo que viene después. En definitiva, Pac-Man World 2 Re-Pac es un remake técnicamente competente que cumple como cápsula de nostalgia, pero que no logra reinventar una fórmula envejecida. Funciona si lo tomas como una aventura ligera para desconectar, pero resulta prescindible para quienes esperan de un platform actual frescura, riesgo y creatividad.