El estudio canadiense Compulsion Games, conocido por sus proyectos anteriores como Contrast y We Happy Few, vuelve con South of Midnight, un título que, a pesar de contar con un mayor presupuesto y el respaldo de Xbox Game Studios, enfrenta problemas similares a los de sus antecesores. Ambos juegos anteriores se destacaron por su atmósfera única, pero fueron criticados principalmente por su jugabilidad, y esta nueva propuesta no parece esquivar esa misma sombra.

En South of Midnight, la historia tiene lugar en el pueblo ficticio de Prospero, ubicado en el sur de Estados Unidos, que es devastado por un huracán y sus subsecuentes inundaciones. La protagonista, Hazel, pierde a su madre en esta catástrofe y, al seguir las huellas de la corriente, se adentra en un mundo extraño, lleno de criaturas mágicas y monstruos, muchos de ellos no precisamente amistosos. A lo largo de catorce capítulos, Hazel se enfrenta a estos seres y, al mismo tiempo, descubre que sus poderes le dan una habilidad que le permite sanar almas y desvelar los traumas del pasado de las criaturas, lo que le permite salvar o derrotar a los monstruos que encuentra.

Aunque el enfoque narrativo tiene una base sólida, el desarrollo de la historia se siente algo rígido y repetitivo. La estructura de la trama sigue un patrón predecible: Hazel llega a una nueva área, enfrenta un monstruo gigante y, a través de sus poderes, desentraña la historia detrás de la criatura. Este enfoque repetitivo, junto con el estilo didáctico de la narrativa, en ocasiones más centrado en lecciones sobre discriminación y patrimonio cultural que en una trama emocionalmente fluida, puede resultar poco atractivo para algunos jugadores. Sin embargo, la música, con impresionantes pasajes orquestales y canciones que refuerzan el tono emocional del juego, es un aspecto positivo que logra rescatar algunos momentos.

En cuanto a la jugabilidad, South of Midnight peca de ser demasiado sencilla, con secciones de saltos y combate que se sienten como si estuvieran orientadas a un público más joven. Aunque algunos jefes presentan un reto mayor, la repetición constante de situaciones similares a lo largo del juego hace que la experiencia se vuelva monótona. Afortunadamente, el juego ofrece opciones de personalización de dificultad, lo que permite a los jugadores ajustar el reto según su preferencia, aunque esto no resuelve por completo el problema de la repetitividad. Además, la opción de invulnerabilidad puede hacer que el juego sea más accesible, aunque le quite algo de desafío.
No obstante, South of Midnight brilla en su estilo visual, que adopta una animación stop-motion con un número reducido de fotogramas, lo que crea una atmósfera única de teatro de marionetas en movimiento. Esta elección estética no afecta el control del juego, que es fluido y preciso. Visualmente, el juego es impresionante y logra mantener la atención del jugador a lo largo de toda la experiencia, mientras que la música se complementa perfectamente con la atmósfera.