The Cecil: Hotel Horror es una propuesta de terror que mezcla dos tipos de miedo muy distintos. Por un lado, logra crear una atmósfera opresiva y angustiante, con pasillos oscuros y estrechos, luces parpadeantes y monstruos que pueden aparecer de la nada, haciendo que la tensión se mantenga al máximo. Por otro, sufre de una dolorosa acumulación de bugs y problemas técnicos que terminan por frustrar y romper la inmersión, convirtiendo la experiencia en un verdadero suplicio para el jugador.

Este juego toma como base el infame Hotel Cecil, un lugar real con una historia oscura, y se esfuerza mucho en construir un ambiente inquietante. Cada detalle está cuidadosamente pensado: grafitis y manchas de sangre en las paredes, documentos esparcidos y pinturas perturbadoras que aportan al tono macabro. La ambientación gráfica recuerda a una mezcla entre Silent Hill y Inside, con un estilo visual deliberadamente perturbador y distorsionado, que genera una sensación constante de inquietud y peligro inminente. El diseño de sonido es otro punto alto: susurros, pasos lejanos y ruidos repentinos que hacen saltar al jugador aun cuando no hay nada visible. La narrativa se despliega poco a poco, mostrando un trasfondo lleno de trauma y misterio que invita a seguir explorando y desentrañando la verdad detrás de la historia de Cecil.

Sin embargo, el gran pero del juego son sus problemas técnicos. La optimización es deficiente, y aunque el juego no exige un equipo de gama alta, la tasa de cuadros suele estar por debajo de los 50 fps, con caídas que parecen sacadas de otra época. Los bugs no son una excepción: el salto de escenas iniciales a veces funciona, a veces congela el juego, obligándote a reiniciar. La carga de partidas a menudo se bloquea, forzando a comenzar de cero, una experiencia que, aunque parezca irónica, sí es terrorífica en sí misma. Además, ciertos elementos como los textos que el protagonista debe leer te obligan a esperar sin poder saltar, afectando el ritmo del juego y generando una sensación de estar atrapado. Algunos errores en las texturas hacen que personajes y escenarios se vean borrosos o mal renderizados, lo que arruina la inmersión visual.
Se dice que The Cecil fue desarrollado por una sola persona, un mérito que merece reconocimiento dado el alcance y ambición del proyecto. Sin embargo, esto no debería justificar que los jugadores paguen por un producto que aún se siente a medio terminar, especialmente cuando el precio no es precisamente bajo. A pesar de estos tropiezos, la experiencia que ofrece en cuanto a atmósfera, historia y jugabilidad sigue siendo valiosa. La combinación de terror psicológico con acertijos bien diseñados crea una aventura atrapante para quienes disfrutan de juegos como Amnesia, Oxenfree o The Medium. Si los desarrolladores logran pulir los problemas técnicos en futuras actualizaciones, The Cecil podría transformarse en un clásico del género.