El desarrollador describe The Thaumaturge como un RPG impulsado por la historia, y es exactamente eso lo que ofrece. La trama está en el centro del desarrollo del juego, y las habilidades de los personajes se entrelazan directamente con la evolución de la historia. Ambientado en Varsovia en 1905, bajo el dominio del Imperio Ruso, el juego relata una narrativa que profundiza en los defectos internos de las personas, donde un grupo especial, los Thaumaturge, posee la capacidad de ver dentro de los corazones ajenos. La perspectiva isométrica durante la jugabilidad, junto con momentos cinematográficos en las escenas clave, resulta ser una combinación eficaz. El texto en el juego es extenso, y el mundo que presenta está cuidadosamente detallado. Sin embargo, la jugabilidad puede resultar algo débil, especialmente en el combate por turnos, que tiende a volverse monótono. Es una experiencia recomendada para quienes disfrutan de historias profundas y un enfoque narrativo cargado de lectura.

La trama tiene lugar en una Varsovia sumida en los disturbios políticos y sociales de principios de siglo. El Imperio Ruso controla la ciudad, mientras los polacos, insatisfechos con la opresión, luchan por defender su identidad cultural y nacional. Las tensiones se traducen en protestas, huelgas y manifestaciones, elementos clave en el ascenso del nacionalismo polaco y el movimiento por la independencia. Este contexto de inestabilidad afecta profundamente la vida cotidiana: los trabajadores y campesinos sufren pobreza y represión, mientras los intelectuales se sumergen en los movimientos políticos en busca de la libertad. Por otro lado, el gobierno ruso responde con una brutalidad aún mayor, intensificando el caos. En este escenario, los jugadores asumen roles diversos en medio de la lucha y las tensiones. La representación histórica del juego logra captar la atmósfera de la época, con detalles en las calles, periódicos y otros elementos que reflejan la enfermedad social del momento.

En este contexto, los deseos oscuros que habitan los corazones de los personajes encuentran espacio para crecer, lo que permite a los Thaumaturge utilizar sus habilidades de manera única. El concepto de los Thaumaturge es fascinante. Estos personajes tienen la capacidad de domesticar criaturas de otros mundos, leer los secretos ocultos en las almas humanas y comunicarse con la oscuridad. El protagonista, Víctor, sabe bien que cada individuo arrastra demonios internos. La misión del personaje principal es ayudar a aquellos que se dejan guiar por sus defectos a encontrar su camino, enfrentándose a sus propios demonios. La magia fantástica en el juego se divide en cuatro categorías: corazón, mente, acción y palabra, cada una asociada a un tipo distinto de Thaumaturge, y con efectos variados.

En cuanto al combate, es una de las áreas más débiles del juego. Al principio, la mecánica de exploración resulta interesante, pero conforme avanza la historia, el sistema de combate se vuelve repetitivo. A lo largo del juego, busqué evitar los enfrentamientos siempre que fuera posible. La estrategia de combate por turnos es algo limitada, con pocas opciones y enemigos que siguen patrones repetitivos. Aunque las habilidades ofrecen algunas combinaciones, la jugabilidad no resulta demasiado entretenida. Además, la animación de cada ataque ralentiza aún más el ritmo del combate, convirtiéndolo en una experiencia frustrante. A pesar de ello, el diseño del sistema de combate permite una planificación táctica, ya que es posible interrumpir los ataques enemigos antes de que sucedan y ejecutar combos con alta probabilidad de daño. Los enemigos tienen un rasgo especial que requiere el uso de habilidades específicas para ser derrotados, pero esto no mejora significativamente la experiencia, ya que en ocasiones es fácil de contrarrestar o no tiene un gran impacto.

La exploración en el juego se basa en el protagonista realizando acciones como chasquear los dedos para que la magia de los libros lo guíe hacia los detalles donde puede recoger pistas. La magia juega un papel fundamental en esta mecánica, ya que el protagonista utiliza las cuatro categorías de habilidades para interpretar las pistas y desvelar la verdad detrás de la historia. Esta parte del juego está llena de lectura, lo cual me resulta atractivo. Aunque la cantidad de texto no es excesiva, es interesante descubrir la historia subyacente. Las habilidades del personaje influyen directamente en la capacidad para obtener pistas: si no se asignan puntos suficientes en las habilidades adecuadas, el jugador no podrá acceder a toda la información. Además, la arrogancia y el desarrollo de atributos del personaje impactan las opciones disponibles durante los diálogos, lo que aporta una capa de complejidad narrativa y permite diferentes caminos a lo largo de la historia.
El mapa abierto y la interacción con el entorno son bastante efectivos. Los jugadores pueden explorar las calles de Varsovia y obtener información útil que inicia misiones secundarias. Sin embargo, estas misiones suelen ser simples y se completan rápidamente al llegar a un determinado lugar, aunque incluyen algunas frases interesantes y ilustraciones. Las misiones principales siguen un ritmo lógico de exploración, recolección de pistas, conversaciones y combate, lo que mantiene un buen equilibrio sin resultar agotador. La representación de la ciudad está bien lograda, con detalles como el barro en las calles que añaden realismo. No obstante, el ambiente sonoro carece de ruidos bulliciosos o activos. Aunque el juego se clasifica como un RPG, sus características de este género son algo limitadas. Los cuatro atributos del personaje suben rápidamente conforme avanza la historia, pero no hay mucha gestión de recursos ni un sistema de niveles complejo, lo que lo hace más parecido a un juego de aventuras con combate por turnos.